domingo, 14 de julio de 2013

15/7 - Vuelta a clases.

Es la 1 a.m en este instante. Mañana regreso a clases tras 15 días de vacaciones de Invierno. Mañana mi vida pasa de consistir en, literalmente, dormir, comer y volver a dormir; a transformarse en un caos de horarios, idas, venidas, útiles, uniformes, tiempos, lugares y personas.
Voy a pasar de no ver más que a mi familia y a mis amigos más cercanos a ver a 20 chicos de mi edad todos los días de mi vida; de Lunes a Viernes; de 13:35 a 19:15 de la tarde.

¿Debería estar durmiendo? Definitivamente, sí. Mañana mi día comienza a las 9 con Inglés. O quizás 9:30... Sí, posiblemente 9:30. Mi mochila está llena de ropa de hace una semana y media; mis cuadernos están tirados sobre mi cama; sigo sin poder encontrar dos de ellos (Inglés e Historia). El Martes tengo parcial de Historia. Necesito estudiar bastante.

Algo que me reconforta bastante es que ¡volverá el Coro! No creí que me fuera a encariñar tanto con esos chicos, pero se pasa lindo en cada ensayo, en cada presentación, en cada rato en que estamos juntos. Aunque tengo que esperar hasta el Jueves para volver al Conservatorio, estoy segura de que se va a pasar rapidísimo.

Estas dos semanas de vacaciones estuvieron cargadas de muchísimas cosas. Emoción; al ir a esperar a mi mejor amiga a la agencia de viajes cuando llegó de su viaje a Bariloche. Felicidad; de compartir mucho tiempo con mis amigos. Relax; debido a que no paré en todos los días.

Me acosté tarde, me levanté tarde, comí a cualquier hora, me vestí a las seis de la tarde cuando llegaba mamá de trabajar y me decía que teníamos que salir al centro. Salí de noche, tomé (un finde solo), me reí, dormí poco, bebí café a raudales, leí, conocí aspectos de varias personas que me eran desconocidos, hice planes, y muchas cosas más.

Ahora no puedo hacer más que mirar mi cama, llena de cosas, y pensar en que mañana me toca volver a clase. Que a pesar de que ahora me quejo un poco, es un lugar que me gusta mucho. En el que paso bien (a pesar de las diferencias con los compañeros).
Sólo me queda acostumbrarme a no tener tiempo de nada; a andar corriendo; a desvelarme para terminar de estudiar o para entregar un trabajo en la fecha límite (lo de estudiar, en realidad, es relativo...); irme sin comer porque no tengo tiempo para cocinar; llegar a mi casa, arrojar la mochila en algún rincón y cambiarme de ropa para hacer otra cosa... En fin, rutinas por todas partes.

¡Septiembre; no sabés lo que te espero!

We are Infinite

No hay comentarios:

Publicar un comentario